En la Valencia rural de la posguerra española, Ana lucha por mantener unida a su familia mientras las cicatrices de la guerra civil permanecen abiertas en cada rincón de su hogar. Su cuñado Antonio carga con el peso invisible de los traumas bélicos, sumido en un silencio que parece impenetrable. Ana, con determinación estoica, cocina guisos que son más que alimento: son su lenguaje particular para sanar las heridas emocionales que la violencia ha dejado tras de sí. La llegada de Isabel, la recién desposada de Antonio, altera el delicado equilibrio familiar que Ana había logrado construir. La joven esposa trae consigo aires de cambio que chocan contra las tradiciones y los cuidados establecidos. Mientras Ana persiste en su misión reparadora a través de la cocina y los gestos callados, descubre que algunas fracturas son demasiado profundas para ser curadas con atenciones domésticas. El drama se intensifica cuando los silencios acumulados comienzan a resquebrajarse, revelando verdades incómodas sobre el precio del sacrificio familiar en tiempos de posguerra. La narrativa explora cómo las mujeres enfrentan las consecuencias emocionales del conflicto bélico desde la retaguardia doméstica, tejiendo una red de complicidades y tensiones que reflejan la España de la época. En este escenario de reconstrucción nacional y personal, los personajes descubren que la supervivencia posbélica requiere más que buenas intenciones y que las heridas de guerra no siempre encuentran consuelo en los remedios convencionales.