La Última Cena

The Last Supper

En la opresiva Jerusalén bajo dominio romano, doce hombres se congregan alrededor de una mesa de madera labrada para compartir lo que será su cena final. La atmósfera en la estancia superior está cargada de presagios, con las lámparas de aceite proyectando sombras danzantes sobre los rostros de los discípulos. Cada uno de ellos guarda secretos que comienzan a emerger entre los sorbos de vino y el partir del pan. Mientras la noche avanza, las conversaciones aparentemente inocuas revelan tensiones profundas y alianzas fracturadas. El Maestro observa con mirada penetrante cómo se desarrollan los acontecimientos que ha anticipado, mientras sus seguidores debaten sobre el futuro de su movimiento. Entre los presentes, un hombre llamado Judas Iscariote mantiene un diálogo interno tortuoso, atrapado entre su lealtad y lo que considera una necesidad estratégica. Sus manos, ocultas bajo la mesa, aprietan con fuerza unas monedas que tintinean sutilmente con cada movimiento. Mientras tanto, los otros once discípulos permanecen ajenos a la traición que se gesta entre ellos, inmersos en discusiones teológicas y sueños de liberación. La tensión crece palpablemente cuando comienzan a circular insinuaciones sobre la posibilidad de que alguien dentro del círculo íntimo pueda romper su juramento de lealtad. La revelación de secretos ocultos entre los discípulos se convierte en el preludio de un desenlace que cambiará el curso de la historia. En este encuentro crucial que precede a la traición bíblica, cada gesto, cada palabra y cada silencio adquieren un significado profético. La cena se transforma gradualmente en un escenario donde los motivos ocultos y las lealtades enfrentadas convergen hacia un punto de ruptura inevitable, marcando el principio del fin para su fraternidad.